miércoles, 6 de junio de 2012

El derecho a la tierra

En nuestros días en Costa Rica el robo de la tierra por parte de transnacionales y el gobierno se ha vuelto muy común en este país de paz, donde familias campesinas han tenido que organizarse para poder luchar por el derecho a la tierra para poder vivir en ellas y poderlas sembrar. Su siembre es su alegría, pero el Estado se las quiere quitar y los quiere dejar desamparados. Trabajar la tierra es su forma de subsistencia para poder avanzar dentro de este sistema capitalista que promueve la desigualdad, donde prefiere quitar las tierras a los y las campesinas para regalárselas a los dueños de un aeropuerto o a unos terratenientes. El campesinado, una de las clases sociales más desamparadas por el Estado y discriminadas por la población urbana, llamándolos desde una forma desprestigiosa “los maiceros” sin darse cuenta que todos los días comen tortillas echas de maíz producidas por distintos y distintas campesinas; el maíz es lo más bello, es nuestro alimento, y para ser un maicero hay que estar muy orgulloso de serlo, de producirlo y de comerlo. La forma de vida campesina respetando la tierra, es una forma de vida que todas y todos deberíamos aprender, pues, autogestionan sus alimentos; si en la ciudad cada persona sembrase sus alimentos, o algunos alimentos, no seríamos tan dependientes del dinero para poder sobrevivir dentro del sistema, lo cual es lo que perpetua la forma de vida urbana, el uso del dinero para subsistir. Medio Queso, Palmar Sur, tierras indígenas en Terraba y Talamanca, son lugares donde la tierra ha sido robada de sus dueños y dueñas. El conflicto más reciente es el de Medio Queso, donde paramilitares entraron a las fincas de los y las campesinas a dañar sus cultivos y a echar los campesinos, hiriendo en este enfrentamiento a 4 personas que fueron hospitalizadas. Estos campesinos ni si quieran usan armas para defender la tierra para que lleguen los paramilitares a dispararles. (sí, en Costa Rica hay paramilitares, en ese país de paz) Mandamos muchas fuerzas y energías a los y las campesinas que luchan por la tierra, para que dejen de lados sus intereses personales, partidistas o de poder, para que de esta forma haya unión entre ellos y ellas y se puedan organizar, para que hagan consciencia que ellos y ellas no están solas, sino que hay muchas personas que les apoyan y, por otro lado, que hay personas dentro del país que están en la misma situación de ellos y ellas, que no sedan la tierra y que luchen por ella, que no crean en el IDA, el aparato estatal que lo que hace más bien es desunir a los y las luchadoras y que responde a los intereses de las elites dominantes, por lo que el derecho a la tierra no lo podemos desligar de un sistema estatal centralizado que perpetua la desigualdad de clases. ¡Decimos sí a la tierra cultivada sanamente! ¡Fuerza campesinos y campesinas!

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