lunes, 12 de mayo de 2014

nunca olvides esta tierra

Veníamos de una reunión en el viejo colegio, aquel colegio que cuenta sus propias historias de resistencia, aquel colegio donde fue derramada la sangre de mis hermanos indígenas, aquel colegio donde el dolor y la rabia se sintieron y se siente, aquel colegio donde el racismo imperaba. Veníamos y nos sentamos en la entrada de la casa, yo en una silla y ella en la hamaca de Camilo, futuro guerrero indígena, su nombre lo dice. Estábamos hablando cosas, de mujeres y de niñas, cuando hubo un pequeño y profundo silencio, la pequeña Génesis me miró y me dijo: Nunca olvides esta tierra. Sentí un escalofrío en mi piel, y le respondí: esta tierra la llevo aquí (me toqué el lado izquierdo del corazón), ¿Sabés que está aquí? (mientras me seguía tocando el pecho). Ella me respondió, tu corazón. Sí, le dije. Esta tierra la llevo en mi corazón, nunca podré olvidarla.
Cuando en el camino una se topa a personas como ella, a su familia, que tanto se extraña cuando una se devuelve a la ciudad, que una desea tener el dinero y el tiempo para poder volver a cada rato, que una no quiere más bien regresar a la ciudad y quedarse para siempre en las hermosas y sabias tierras ancestrales broranes. Ese amor profundo a un territorio, a una familia, a sus personas, a su naturaleza, a las palabras tan sabias que pronuncian. Definitivamente una nunca podrá olvidarla. Pero como retruibir ese amor que estas tierras me han dado? No sólo es no olvidarlos y olvidarlas, sino luchar con ellos y ellas. El río térraba es sagrado para los broran y yo he aprendido a respetarlo y amarlo y a sentirlo sagrado también para mí, y la gente blanca y mestiza con pensamiento occidentalizado quieren represar al río, el estado ampara a los represadores. Y que significa esto? Significa la muerte del río. Aquel río que les dio tanto alimentos a los abuelos y las abuelas, aquel río por donde viajaron los abuelos y las abuelas, aquel río donde habita la abuela terj, aquel río donde los jovenes y las niñas y los niños hoy van a bañarse. Aquel río donde las familias comparten sus historias. Ahora viene la mano colonizadora y quiere represarlo para generar electricidad para venderla al mercado internacional y enriquecer a unos cuantos. El positivismos mira en el río solo dinero y electricidad. Mientras que el conocimiento subjetivo de los y las indígenas miran historias, transporte, alimento, energía que se transmite desde la sabiduría de los ancestros.
No sólo no olvidaré la tierra sino que ayudaré a lucharé contra el phdiquís.

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